sábado, 14 de abril de 2012

Filósofos renacentistas, Maquiavelo

Nicolás de Maquiavelo escribió una de las obras más importantes de teoría política: El príncipe. Es una obra pesimista en la que no hallamos un ápice de idealismo o espíritu utópico: quien quiera fundar un Estado y dotarlo de leyes, debe suponer de antemano que los hombres son malvados. El hombre es malo porque es egoísta y no desea nada más que defender sus intereses. Y esto es tan cierto para el príncipe como para sus súbditos. Por eso, el arte de la política consiste en conciliar sus egoísmos.
El príncipe, nos dice Maquiavelo, debe ser a la vez zorro y león: zorro para tomar el poder con astucia y león para conservarlo por la fuerza, una vez que lo ha conseguido. Aquí tiene poco que ver la moral; si el príncipe se hace cordero, será devorado. Por eso el príncipe debe ser capaz de utilizar la crueldad cuando sea necesaria. El príncipe " sólo considera el resultado"; y si triunfa, "todos los medios utilizados serán juzgados honorables". O sea, en política, el fin justifica los medios.

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